Luis es el último de nueve hermanos y cuando vino al mundo fue una alegría para todos.
Tus padres saben que la vida es un regalo maravilloso de Dios.
Por eso el padre Otávio y la madre Teresa acogen con alegría a la nueva criatura
Luis crece en una hermosa y acogedora casa donde se desconocen los sufrimientos del hambre y los malestares de la pobreza.
A sus padres les va muy bien, son ricos: tienen propiedades en Bérgamo, Saõ Pelegrino y tienen una librería en la ciudad.
Luis es un chico afortunado; sus contemporáneos no son así, porque viven en condiciones muy diferentes.
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