Teresa Gabrieli nació en Bérgamo el 13 de septiembre de 1837.
A diferencia de Luis Palazzolo, Teresa proviene de una humilde familia de hortolanos y gracias a grandes sacrificios de la familia puede asistir a la escuela de las hermanas Canossianas y obtener el diploma de “maestra”.
La muerte del padre primero y de la madre después, la obliga a posponer el sueño de consagrarse totalmente al Señor en el Instituto de las Canossianas donde ha estudiado.
Ya graduada, no pudiendo enseñar por su joven edad, asume durante algunos años la dirección de la pequeña empresa familiar.
En 1861, solicitada por un llamamiento del Obispo sobre la urgencia de la educación de las jóvenes, deja las hortalizas y se traslada a la Parroquia de S. Alessandro, donde logra abrir una escuela privada.
Cuando el padre Luis le expone su proyecto, Teresa Gabrieli, aceptando, realiza su sueño de consagrarse a Dios, pero a través de modalidades totalmente imprevistas y con un futuro absolutamente incierto.
Después de una noche de oración, al alba del 22 de mayo de 1869 Teresa pronuncia los Votos religiosos y va a vivir en la pobre casita de la calle de la Foppa, junto a Molgori, una niña llagada y coja que desde hacía seis meses el padre Luis le había confiado.
Esa noche comienza la familia religiosa que llevará el nombre de “hermanas de las pobres”, un nombre que quería ser un programa: mujeres consagradas totalmente a Dios, o como escribe el padre Luis “consagradas a la caridad de Cristo”, para estar totalmente al servicio de los pobres, más aún “de los pobrecillos y de las pobrecillas”; como a él le gustaba llamarlos con ternura y respeto.
Con la muerte del padre Luis en 1886, la responsabilidad de 11 casas, 70 monjas, 270 huérfanos, recae completamente sobre Teresa; guiará a la creciente familia de hermanas y pobres con energía evangélica durante 22 años, comprometida a testimoniar primero, entre las hermanas, una caridad sin medida.
El 6 de febrero de 1908 cuando regresa a la casa del Padre, deja una Congregación con 40 casas, 217 hermanas y 40 novicias.
En 2005 se introdujo para ella la Causa de beatificación.
El 19 de marzo de 2019 el Papa Francisco la declara “Venerable’, porque en la vida ejerció las virtudes heroicas.
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