San Luis María Palazzolo nació en Bérgamo el 10 de diciembre de 1827 en una familia acomodada. Desde niño expresa una marcada sensibilidad hacia los más pobres. Se convierte en sacerdote y podría dedicarse a un ministerio tranquilo y gratificante, continuando a vivir en su confortable contexto familiar.
En cambio, decide gastar a manos llenas su entusiasmo en el oratorio de la Foppa, un callejón periférico y pobrísimo de la ciudad donde también muda su casa, decidido a “hacer familia con los pobres”.
Su vida es un continuo abrirse a nuevas situaciones de necesidad, que el obispo y la vida misma le presentan: niños huérfanos y abandonados y a veces incluso vendidos por los parientes…
…chicas explotadas en las hilanderías, familias numerosas y muy pobres, enfermos pobres imposibilitados de acceder a los cuidados del hospital, jóvenes y adultos analfabetos…
El programa operativo que poco a poco se perfila para él se condensa en una frase característica, fuerte y eficaz: “Yo busco y recojo el rechazo de todos los demás, porque donde otros proveen lo hace mucho mejor de lo que yo podría hacer, pero donde otros no pueden llegar trato de hacer algo como puedo”.
El amor hacia los más pobres brota de su descubrimiento diario y contemplación del amor de un “Dios Padre amable infinito”, que se hizo visible en “Jesús que muere desnudo en la cruz”.
Padre Luis vive esta experiencia contemplativa en julio de 1869, la vive de una manera muy fuerte, durante un curso de Ejercicios Espirituales en Roma y se hace discípulo del Amor-Crucificado en una coherencia de vida sin reservas: de hecho, se hace pobre, pobrísimo, despojándose de todo lo que tiene por los pobres, y lo hace según el estilo de Jesús, poniéndose al servicio de los últimos, compartiendo en la sencillez y en lo concreto de lo cotidiano las fatigas y las esperanzas de los pobres.
Las peticiones de ayuda aumentan y el padre Luis intenta multiplicar corazón y brazos. Encuentro verdaderamente afortunado y ciertamente guiado por la Providencia es el de Teresa Gabrieli, una joven maestra indicada por su director espiritual: mujer de gran virtud, sabiduría y sensibilidad hacia los pobres.
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